Atraco en el Ono Stadi
Mallorca 1-1 Real Madrid
El Real Madrid ha vuelto a sufrir a domicilio pero al menos salvó un punto en su visita al antiguo Son Moix tras empatar a unos. El Mallorca, que dispuso de mejores ocasiones y vio como Daudén Ibáñez les perjudicó en la primera parte, perdonando a los blancos de sumar una nueva derrota.
Esta es otra pequeña historia que no es nueva, que ya se ha contado y que incluso retumba en los oídos. El líder en campo ajeno, marcando primero, sufriendo después y en ocasiones, viéndose favorecido por errores arbitrales. Las diferencias radican en que en seis llegadas los de blanco siempre suelen meter al menos una, y los rivales, doblando la estadística, una o ninguna.
El equipo de Manzano también empezó dando mordiscos a la manzana. Sin volverse loco, eso sí, Jonás y Varela explotaban las bandas, especialmente la del andaluz, ya que con Marcelo encontró un pasillo amplio para campar a sus anchas. Suerte que Heinze echaba una mano al brasileño y cortaba las acometidas de cuando en cuando. Con estos argumentos, dos ocasiones muy claras del Mallorca que podrían haber cambiado el rumbo del partido. Primero Jonás, con tiro raso que Casillas se confía primero y rectifica desde el suelo después para tocar lo justo. Minutos más tarde, maniobra de Güiza, que tira la pared, la construye, se planta ante Iker y la tira donde no debía, fuera. Aquí es donde empiezan a residir las diferencias.
Éstas se vieron aumentadas con el criterio de Daudén Ibáñez. Merece un capítulo aparte y varias notas al pie, pero resumiendo escuetamente, fueron varios los motivos de enfado, y justificado, de los jugadores del Mallorca. Primero Basinas arranca desde su propio campo y con Ramos rompiendo el fuera de juego. Se señala esto último. Después un gol anulado a Navarro por una falta previa (algo dudosa) en un primer remate de Güiza, y lo más grave, una clara mano de Cannavaro dentro del área tras un centro de Varela en la que ni árbitro ni asistente vieron nada.
Si Robben estaba activo desde el inicio del partido, el extremo holandés logró internarse, pero por la derecha, pisa línea de fondo, levanta la cabeza para ver a Raúl, pero es Sneijder el que llegando desde atrás la empuja a la red. Las protestas del Mallorca, antes, durante y después de esta acción, sirvieron de poco. Los blancos ganaban antes del descanso.
El Madrid apretando los dientes y parando bien las supuestas acometidas del Mallorca seguía a lo suyo, remando hacia tres puntos más. Pero no contaba con quedarse con uno menos a falta de veinticinco minutos. Segunda amarilla para Sergio Ramos, rápida incorporación al campo de Diarra sacrificando a Higuaín y Manzano, hace lo propio, pero metiendo un jugador creativo: Borja Valero.
La jugada le salió perfecta al entrenador andaluz. Su equipo, al verse superior por momentos en fútbol y en hombres al líder, empezó a creérselo de verdad. Arango estuvo a punto de hacer un gol maravilloso de chilena, pero se salió fuera. La obra de arte tardó poco más en llegar, ya que Valero, otro ex canterano del Madrid que le hace la púa a su ex equipo, se internaba en el área, avistaba el terreno y picaba el balón. Esto era el empate, y el principio de un asedio claro del Mallorca.
El Mallorca no pudo, pero mereció ganar por insistencia y por esas decisiones arbitrales completamente erróneas de la primera parte. Si Villarreal y Barça cumplen este domingo, quedará una jornada menos y se volverá a multiplicar al cubo la emoción por esta Liga.
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